Iglesia y abadía de San Clodio

La iglesia se construye en la primera mitad del siglo XII, aunque sólo conserva el ábside semicircular, realizada en perpiaño ennegrecido, y la puerta norte, que tiene arco de medio punto. El resto fue modificado. La nave está aumentada longitudinalmente respeto de sus proporciones originales. La decoración de las ventanas exteriores y los fragmentos de columnas se realizaron en piedra caliza que contrasta con la loseta del país.

El ábside está dividido en tramos mediante pilastras de sección poligonal y en tres cuerpos. En cada uno de los tramos se puede ver una ventana adintelada y abocinada, con una arquivolta de ajedrezado. La cornisa descansa sobre canecillos, casi todos lisos excepto dos. Uno está decorado con rombos y el otro con la cabeza de un carnero.

La portada que daba acceso a la abadía es renacentista del siglo XVI. Está coronada por el escudo real. También conserva una inscripción de la restauración en 1604 siendo abad Alfonso Solís.

Los restos de la torre, pegada al ábside, formaron parte de la antigua abadía, destruida por el paso del tiempo y por el asalto y quema durante el asalto de las tropas francesas. Cuenta la leyenda que con motivo del asalto fue asesinado un capitán francés en manos de un bandolero nacionalista. Como venganza, los franceses quemaron y destruyeron el pueblo de Peines, la iglesia y la abadía de San Clodio.