Mural "La tejedora"
El proceso de preparación de los hilos de lino era muy complejo y precisaba de la colaboración de mucha gente del pueblo (principalmente niños/as y mujeres).
Dada la carestía en los tiempos de la posguerra no podían adquirir tintes sintéticos por lo que empleaban elementos naturales del entorno como nueces, tojo, cortezas, líquenes... con los que obtenían una hermosa gama de colores. El heroico proceso de tejer podía llevar muchos días y dado que el lino necesita mucha humedad, se trabajaba en espacios cerrados con la luz de una pequeña lámpara de aceite o velas.
Prácticamente desapareció esta técnica, pero los diseños, formas y colores que escribieron estas mujeres en la tela fueron una importante página de la historia gallega que no debemos olvidar.
Agradecemos a Anna Champeney Estudio Textil por abrirnos las puertas de su taller en Cristosende y ver de primera mano este oficio.
Obra y texto de Xoana Almar y Miguel Peralta (Cestola na Cachola). A Teixeira (Ourense). 2015. Dentro del proyecto "Un toque de color en Ribeira Sacra"