Castillo de Castro Caldelas

En el centro de la villa de Castro Caldelas encontramos su castillo, que perteneció a los Condes de Lemos para defender sus dominios. Aunque se puede llegar en coche hasta las inmediaciones, podemos dejar el coche en la Plaza del Prado y subir caminando por el casco antiguo.

Aunque parece que el castillo ocupa el lugar de una construcción anterior, el actual fue construido en el siglo XIV por D. Pedro Fernández de Castro. Como la mayor parte de los castillos gallegos, a mediados del siglo XV fue destruido parcialmente durante la Revuelta Irmandiña y reconstruido después.

Conserva una doble muralla. Sus muros son de gran grosor. La exterior tiene adosadas tres torres. La muralla interior está rematada con almenas.

Accedemos al castillo a través de una puerta sobre la que podemos ver los escudos de los Condes de Lemos (a la derecha los lobos de los Osorio; a la izquierda, en la parte superior, castillo y león rampante de los Enríquez, y en la inferior los seis roeles de los Castro). A la izquierda de la puerta, se puede ver una reproducción de una catapulta. Nada más entrar, nos encontramos con el patio de armas. Al fondo se encuentra el aljibe (sistema de recogida de agua de lluvia para el uso de castillo) y a su lado un horno alfarero. Desde aquí, se puede subir al paseo de ronda de la muralla interior. Al finalizar las escaleras, vemos la Torre del Reloj que es la más antigua. Conserva la maquinaria que pone en marcha el reloj. La Torre del Homenaje está defendiendo la puerta principal. Era el símbolo del poder señorial y el último reducto en caso de asedio. Desde la terraza se puede ver una hermosa vista del Valle del Sil.

En el siglo XVI se transforma en palacio con un gran salón.  En sus muros se abrieron ventanas con parladoiros y se construyó un gran corredor.

Durante la guerra de la Independencia, los vecinos, en represalia contra los franceses, le prendieron fuego en 1809.

En el siglo XVIII, el Condado de Lemos, pasa por lejano parentesco a la Casa de Alba. El edificio estuvo habitado hasta el siglo XIX por Sol Stuart, pariente de los Duques de Alba.

En 1991, fue cedido en usufructo al ayuntamiento de Castro Caldelas convirtiéndose en el centro cultural de toda la comarca. En su interior alberga la oficina de turismo, la biblioteca municipal, un salón de actos y el museo etnográfico.