Iglesia de Santa María de Piñeira

Actualmente se conserva parte románica en el ábside y la nave pero la fachada fue remodelada en su totalidad con un curioso balcón en el que se abren dos puertas. La cubierta es de madera a dos aguas pero curiosamente no supera la nave la altura del ábside. Los muros sin duda fueron rebajados probablemente al reformar la fachada. Sí es original la puerta sur con columnas apoyadas en basas, en donde sus características nos confirman su pasado monasterial al poseer una altura mayor de lo normal en origen, debido sin duda a las necesidades litúrgicas de un monasterio.

Los capiteles con decoración vegetal finamente labrada son sin duda románicos, sobre ellos una imposta así mismo decorada la derecha con motivos vegetales y con motivos geométricos la izquierda. El tímpano presenta una inscripción y medida desproporcionada. Con unas mochetas hoy mutiladas por la reforma posterior con decoración de dientes de sierra.

Desaparecido el monasterio y reservada la función de la puerta como simple entrada de los fieles, se rebajó su altura y se grabó la actual invocación mariana de “AVE MARIA SIN PECADO CONCEBIDA” encabezada por las siglas JHS. En el tímpano, en torno al arco que lo perfila, aparece la inscripción “Tota pulcra es mea, amica et macula non est in te” (Toda hermosa eres, amiga mía, y mancha no hay en ti).

La arquivolta posee una rica decoración albergando la interior unas bolas y la exterior un fino sogueado y hojas.

El ábside semicircular sin duda nos muestra unas elegantes y amplias formas, dividido en tres tramos por esbeltas columnas con labrados capiteles vegetales precedidos por un tramo recto, y con tres amplias ventanas con arco de medio punto que repiten la decoración vegetal en los capiteles de las columnas sobre las que descansa la arquivolta. Estando recorrida en su totalidad por una imposta de billetes en el exterior, y en su interior alberga de nuevo bolas o rosáceas que sin duda aluden a la advocación a Nuestra Señora. En el interior el ábside se cubre con bóveda de cañón en el tramo recto y de cascarón en su parte curva. Algunos autores retrasan la cronología de esta iglesia hasta principios del s.XIII. Sin duda estamos ante un románico maduro pero alejado de convencionalismos. Sus formas son esbeltas y elegantes y las soluciones técnicas adecuadas a las necesidades del templo.

En el interior en el lado norte alberga un curioso baldaquino en el que se representa una Escena de la Anunciación, se sostiene con unas curiosas columnas que nos remiten a la Sacristía de Oseira. Con bellos arcos conopiales. El Espíritu Santo aparece en forma de paloma. Entre el Ángel y María, un florero de dos asas del que emergen tres flores colocadas simétricamente.

En su otra cara aparecen santos que ocupan los extremos. El de la izquierda sostiene un libro en la mano izquierda y lleva en la otra una espada alzada en alto. Con barba y melena rizadas. La espada, instrumento de su martirio y el libro de las epístolas, nos remite a San Pablo.

El de la derecha es Santiago con el atuendo de peregrino con sombrero y abundante cabellera, rizada como la barba. Apoya la mano derecha el bordón y en la izquierda sostiene un libro, de la que cuelga una especie de rosario. Policromado con colores suaves probablemente no es su pintura original ya que en todo el interior observamos diferentes policromías superpuestas.

En el exterior los canecillos se decoran con formas vegetales o formas geométricas. Y conserva en su lado sur varios relojes solares dibujados en los sillares.

La esbeltez  pero a la vez rotundidad de formas en Piñeira nos acerca a un maestro románico maduro. Los motivos decorativos que presenta se encuentran a su vez dispersos en diferentes templos de la comarca de Ribeira Sacra. Las fuentes e influencias de las que bebe son sin duda diversas.