Iglesia de San Miguel de Eiré

Perteneció a un antiguo monasterio benedictino fundado por Escladia Ordoñez en el siglo XII, que pierde su independencia en 1507 con la reforma que ordenaron hacer en los monasterios gallegos los Reyes Católicos. Sus rentas pasaron al Hospital Real de Santiago y sus monjas fueron recluidas en el monasterio de San Paio de Antealtares de Santiago de Compostela.

Del antiguo monasterio sólo conservamos la iglesia románica, que pertenece a la segunda mitad del siglo XII.

Su planta es de una gran sencillez: una sola nave con ábside semicircular. Entre la nave y el ábside tenemos otra nave transversal, sobre la que va asentada una torre rectangular, cubierta a los cuatro costados, y que hace del conjunto uno de los ejemplares más originales del románico gallego.

La puerta norte, es una de las piezas más interesantes de la iglesia. Formada por un  arco de medio punto y pequeñas proporciones. La chambrana, decorada con ajedrezado. Tiene doce dovelas y decoradas once de ellas con unas rosetas, decoración inusual en Galicia, y en la clave está un Agnus Dei. El tímpano es muy sencillo y presenta una decoración geométrica con unos círculos entrelazados.

Si algo nos llama la atención en esta puerta, son sus mochetas, decoradas con tetramorfos de original iconografía. A la derecha, tenemos dos figuras con cabeza humana y cuerpo animal. La que encontramos hacia el interior, tiene pezuñas y cuernos, y sobre su cabeza aparece escrito “LU”. A su lado, la cabeza humana tiene cuerpo animal con garras, y sobre su cabeza aparece escrito “MA”. Sería la representación de los evangelistas Lucas (con su atributo el buey) y Marcos (con su atributo el León). Enfrente, tendríamos la representación curiosa de Juan y Mateo. Tenemos una cabeza humana con alas (Juan y su atributo el águila) y para representar a Mateo (hombre) nos deja una mano sobre la barbilla de esa cabeza.

En su interior, encontramos piezas interesantes, como una ventana geminada, con arcos de herradura, que nos hablan de un templo anterior, o su pila bautismal. Conserva restos de pinturas murales del siglo XVI, representando un Juicio Final.

Conserva además, variedad de capiteles y canecillos, con interesante iconografía, que han dado lugar a numerosas interpretaciones.

Fue declarada Monumento Nacional en junio de 1964.

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