Molino de Aceite de Bendilló

El cultivo del olivo estuvo muy presente en Galicia desde la época de los romanos. Ya los primitivos pobladores comían aceitunas, aunque desconocían los métodos de extracción del aceite. Los romanos son los que introducen los conocimientos de estos métodos que son transmitidos por todo el territorio. Galicia se convirtió en uno de los territorios conquistados del que más aceite salía hacia Roma en los siglos II y III.  Este cultivo se pierde en prácticamente todo el territorio en la época de los Reyes Católicos. En una política de favoritismo a otras zonas de su reino, mandaron arrancar una gran cantidad de olivos y prohibieron su cultivo.

En el valle lucense de Quiroga, se sigue cultivando el olivo y elaborando aceite de manera tradicional. Es conocido como el “oro del Sil” por su extraordinaria calidad.

En Bendilló se conserva uno de los molinos que se utilizan para hacer el aceite. Tiene una antigüedad de unos 300 años. Es propiedad de Guillermo Nogueira. Está formado por una "pía de moer", que es la piedra circular con canales en los márgenes, y que lleva en el interior otra rueda, la "Moema" que gira gracias a la fuerza de un burro o mula. La aceituna la van echando con las manos en una tolva de madera, de la que cae poco a poco y se va aplastando. Una vez convertida en pasta, se pasa al lagar y se prensa para obtener el aceite. El hueso se utiliza como combustible.